A GALOPAR HASTA PERDERNOS EN EL MAR.
Ayer por la tarde, mientras paseaba a mi perro Triki, “el podenco”, escuche como un niño de unos siete años, en su pequeña bicicleta cantaba. A Galopar a galopar hasta perdernos en el mar. Me emocioné, pensé en aquellos momentos que por la Calle de Arturo Soria no se escuchaban esas letras de la poesía de Rafael Alberti. Ese poema convertido en canción que a Paco Ibáñez. por dos veces le escuche en directo, que hizo posible que muchos poetas de lengua española ... (ver texto completo)
Ayer por la tarde, mientras paseaba a mi perro Triki, “el podenco”, escuche como un niño de unos siete años, en su pequeña bicicleta cantaba. A Galopar a galopar hasta perdernos en el mar. Me emocioné, pensé en aquellos momentos que por la Calle de Arturo Soria no se escuchaban esas letras de la poesía de Rafael Alberti. Ese poema convertido en canción que a Paco Ibáñez. por dos veces le escuche en directo, que hizo posible que muchos poetas de lengua española ... (ver texto completo)