Las calles, eminentemente rurales, nos muestran caserones de añeja construcción que a su vez ocultan dependencias espaciosas; bodegas donde se criaba y se pudiera seguir criando el buen vino de la zona, patios donde descansaban del arado los leales animales y una recia historia unida al campo, al nutritivo y laborioso cereal, al mesetero ganado lanar, ligado a la parda tierra, a la ora fértil, ora ingrata tierra.