La población se articula en torno al cruce de
carreteras de
Torrelaguna y
La Cabrera. En este cruce se sitúa la
plaza de la
Picota, llamada así porque en ella se encuentra un
Rollo o Picota, donde se exhibían las cabezas de los ajusticiados, considerado uno de los tres que existían en la provincia de
Madrid. También se conserva en buen estado un
potro de herrar en una plazuela céntrica y algún
abrevadero de
piedra.
Se conservan también numerosos ejemplos de
arquitectura tradicional, construcciones
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