La población se articula en torno al cruce de carreteras de Torrelaguna y La Cabrera. En este cruce se sitúa la plaza de la Picota, llamada así porque en ella se encuentra un Rollo o Picota, donde se exhibían las cabezas de los ajusticiados, considerado uno de los tres que existían en la provincia de Madrid. También se conserva en buen estado un potro de herrar en una plazuela céntrica y algún abrevadero de piedra.
Se conservan también numerosos ejemplos de arquitectura tradicional, construcciones de viviendas rurales y uso agropecuario que datan de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Se conservan también numerosos ejemplos de arquitectura tradicional, construcciones de viviendas rurales y uso agropecuario que datan de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.