Esta batalla marcó el inicio del proceso de planificación que culminó con la colocación de la primera
piedra el 23 de abril de 1563, bajo la dirección de Juan Bautista de
Toledo. Le sucedió tras su muerte, en 1567, el italiano Giovanni Battista Castello El Bergamasco y, posteriormente, su discípulo Juan de Herrera. La última piedra se puso veintiún años después, el 13 de septiembre de 1584.