A Herrera también se debe la imagen unitaria de las
fachadas con menos
torres y sin escalonamiento, lo que contribuyó a la potente imagen final del
edificio. La planta definitiva del edificio, con solo cuatro torres en las
esquinas y el
Palacio Real haciendo de «mango», recuerda la forma de una parrilla, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que se escogió esta traza en honor de
san Lorenzo, martirizado en Roma en una parrilla, ya que el 10 de agosto de 1557, día de la festividad del
santo, tuvo lugar la batalla de San Quintín. De ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su alrededor.