La teatralidad de este recorrido a través de este gran eje central para mostrar finalmente el Sagrario con la Eucaristía anticipa a la llegada del Barroco. El estilo escogido fue el del Renacimiento, muy depurado y sin la profusa decoración plateresca. El orden arquitectónico predominante es el toscano, el más sencillo del clasicismo, y el dórico en la
iglesia.