A la entrada de la Basílica de
San Lorenzo de El Escorial encontrarás el sotacoro y en él, una auténtica obra de ingeniería, la
bóveda plana. Juan de Herrera se encontró con el problema, por deseo expreso de Felipe II, de tener que situar el
coro justo a los pies de la misma. Esto propiciaba que el techo en la zona inferior fuese necesariamente plano.