Sus
bóvedas están bellamente pintadas al fresco en estilo renacentista de grutescos y con figuras bíblicas y de
santos, realizadas por los hijos del Bergamasco (Niccolò Granello y Fabrizio Castello) en las propias Salas y por Francisco de Urbino en la celda prioral baja, con un hermoso efecto decorativo, en cuyo centro destaca el Juicio de Salomón.