Juan Fernández de Navarrete, llamado «el Mudo», fue un pintor español del Renacimiento. Elogiado por Gaspar Gutiérrez de los
Ríos en su Noticia general para la estimación de las artes (1600) como «nuestro Apeles Español, excelentissimo sobre quantos pintores ha avido», y posteriormente por Antonio Ponz (1724) como el «Tiziano español», por la cercanía de su estilo al de la pintura veneciana, Navarrete fue el más importante de los pintores españoles que trabajaron al servicio de Felipe II en la decoración del
Monasterio de
El Escorial, lo que le mereció el nombramiento de pintor del rey en 1568.