Todas ellas con una hermosa decoración de las
bóvedas, pintadas al fresco con grutescos y figuras bíblicas y de
santos, obra de Granello y Fabricio, hijos de Bergamasco, una escala de tu visita al
Monasterio de
El Escorial plagada
arte pictórico. Destaca en el centro de la sala, un Ángel de bronce dorado sobre pedestal sosteniendo un atril que hacía oficio de facistol en la Basílica, hecho en Amberes por Juan Simón en 1571. Te llamará la atención sin lugar a duda el
cielo, con ángeles que bajan portando coronas de laurel.