El Panteón de Infantes fue construido por iniciativa de Isabel II, según proyecto de José Segundo de Lema, concluyéndose en 1.888. Cada una de las nueve cámaras, situadas bajo la Sacristía y las Salas Capitulares, está presidida por un
altar y revestida de mármol. Las
esculturas y motivos decorativos fueron labrados en Carrara por Jacopo Baratta di Leopoldo siguiendo los modelos del aragonés Ponciano Ponzano. La fría riqueza del material, el
colorido y el interés histórico, así como el espíritu decimonónico que impregna este Panteón forman su atractivo.