El Real
Monasterio de
San Lorenzo del Escorial fue construido por orden del rey Felipe II de
España en el siglo XVI. Su construcción se inició en 1563 y fue dirigida por el arquitecto Juan de Herrera. El monasterio estaba pensado como lugar de descanso eterno para los miembros de la
familia real y como
monumento conmemorativo a la
Casa de Habsburgo, la influyente dinastía a la que pertenecía Felipe II.