Se expone también la supuesta silla-litera en la que Felipe II realizó su último viaje al
Monasterio aquejado por la gota. La «
Casa del Rey» está formada por una serie de estancias decoradas con sobriedad, ya que fue el lugar de residencia del austero Felipe II. El dormitorio real, situado junto al
altar mayor de la Basílica, cuenta con una
ventana que permitía al rey seguir la misa desde la cama cuando estaba imposibilitado a causa de la gota que padecía. Está dividido en cuatro estancias: la sala principal, el escritorio, la alcoba y el lujoso oratorio.