En la
fachada oriental y a la mitad de altura respecto al
monasterio, residía la
familia real desde 1586 en sus “jornadas” que era como se llamaban a las estancias prolongadas de los reyes en los distintos Reales Sitios. El
Palacio que sigue la etiqueta de la
Casa de Borgoña, se articula en torno al
Patio de Mascarones con las habitaciones simétricas del rey y de la reina.