Si hay algo que observarás en tu visita por encima de todo es, la gran austeridad de su decoración, muy acorde con su creador, Felipe II y recordando la
arquitectura de las
casas castellanas de la época. Se encuentra situado en la
fachada norte, ocupa dos plantas en el entorno del
ábside de la Basílica y envolviendo el
Patio de Mascarones.