Te llamara especialmente la atención la madera de las
puertas, regalo del emperador Maximiliano II. Antes de llegar a las habitaciones reales cruzarás por el
Salón de Embajadores. En ellos, podrás contemplar morteros del siglo XVII, una mesa con incrustaciones de marfil y algunos objetos exóticos y hasta dos
relojes solares, así como retratos de todos los reyes de la
casa de
Austria.