Tanto en la planta como en alzado,
El Escorial puede contemplarse a partir de dos figuras: el cuadrado y el rectángulo. Mientras el complejo queda inscrito en un cuadrado, este puede dividirse longitudinalmente en tres rectángulos. El de la izquierda contendría el
colegio y el
palacio público (el palacio de los Borbones); el de la derecha, el
monasterio; y el del centro, el
patio de los Reyes, la basílica y el palacio privado (el palacio de los Austrias). Es, en definitiva, un conjunto rígido, simétrico y equilibrado.