El otro dia estuve comiendo (digo esto con notable optimismo)en el
restaurante Gamo, precedido de una fama a todas luces infundada, sobre todo por que presume de calidad de
comida y de servicio. Voy a centrarme en lo más gordo, por que si no no acabaría de la pesadilla que pase al
comer el otro día. Me intentaron hacer comer un lenguado con un olor pestilente, que hace falta jeta para presentarlo, pues no basto con eso, al pedir que nos cambiaran con todo respeto, se nos puso muy mala cara, tardaron
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