San Bartolomé Apóstol
En su exterior, el aparejo de la iglesia es de sillares graníticos escuadrados y colocados a soga y tizón en seco, con sucesión de hiladas dispuestas de manera perfectamente horizontal, es decir, con piezas de piedra situadas a lo largo, en la misma dirección que el muro, alternadas con llaves perpendiculares al mismo. El conjunto es de una única nave rectangular, rematada en la cabecera por un altar mayor cuadrangular de ancho inferior a la nave principal y menor altura que ésta. El altar mayor o ábside, con vano de iluminación abierto en el lado oeste, presenta una cornisa en forma de bocel o moldura redondeada, también de granito a lo largo de su perímetro exterior, en la separación de la pared y el tejado. Asimismo, aparece una cornisa corrida de cemento en el resto de la construcción, colocada de igual forma que la anterior.
La base del edificio está recorrida por un zócalo en resalte que va perdiendo altura desde la fachada meridional hacia la cabecera. Los soportes laterales cuentan con la presencia de una serie de recios contrafuertes de carácter ornamental a ambos lados de la nave central, alzándose tres en el muro de poniente y dos en la entrada principal, a la cual enmarcan. Además, en esta última pared, junto a los contrafuertes, se sitúan sendos vanos, teniendo el más cercano al altar una vidriera en la ventana. El acceso lateral a la iglesia se realiza a través de una puerta adintelada de dos grandes hojas, que antiguamente fueron de madera y que estaban decoradas con figuras labradas.
En su exterior, el aparejo de la iglesia es de sillares graníticos escuadrados y colocados a soga y tizón en seco, con sucesión de hiladas dispuestas de manera perfectamente horizontal, es decir, con piezas de piedra situadas a lo largo, en la misma dirección que el muro, alternadas con llaves perpendiculares al mismo. El conjunto es de una única nave rectangular, rematada en la cabecera por un altar mayor cuadrangular de ancho inferior a la nave principal y menor altura que ésta. El altar mayor o ábside, con vano de iluminación abierto en el lado oeste, presenta una cornisa en forma de bocel o moldura redondeada, también de granito a lo largo de su perímetro exterior, en la separación de la pared y el tejado. Asimismo, aparece una cornisa corrida de cemento en el resto de la construcción, colocada de igual forma que la anterior.
La base del edificio está recorrida por un zócalo en resalte que va perdiendo altura desde la fachada meridional hacia la cabecera. Los soportes laterales cuentan con la presencia de una serie de recios contrafuertes de carácter ornamental a ambos lados de la nave central, alzándose tres en el muro de poniente y dos en la entrada principal, a la cual enmarcan. Además, en esta última pared, junto a los contrafuertes, se sitúan sendos vanos, teniendo el más cercano al altar una vidriera en la ventana. El acceso lateral a la iglesia se realiza a través de una puerta adintelada de dos grandes hojas, que antiguamente fueron de madera y que estaban decoradas con figuras labradas.