A partir del siglo XI fue un asentamiento pastoril creado al repoblar esta parte de la
sierra. El
pueblo fue fundado por pastores y se originó en torno a la llamada
Calle de
San Isidro.
Existen dos despoblados de esta época en lo que era el término de Garganta: La Garganta y Pajarilla.
La verdadera
historia agraria de la región empieza con las Ordenanzas de Villa y Tierra, en la segunda mitad del siglo XVI, que representan para la comarca el inicio del sometimiento a la situación creada por la fijación de la capital del Imperio en la Villa de
Madrid y, por consecuencia, el inicio de su marginalidad, ya que sus productos se exportaban fuera de la zona.
Desde la conquista del Reino de
Toledo, la población de
Garganta de los Montes se fue ampliando paulatinamente.
El carácter montañoso de la zona donde se ubica el pueblo conllevó el predominio de la explotación ganadera sobre los cultivos.
La
oveja merina de lana fina era la especie dominante dentro del
ganado y la lana, su principal producto. El lino era el principal cultivo en cuanto a rendimiento económico.
Existen dos
molinos harineros: uno situado en el
río de Buitrago con dos muelas y otro, de una muela, en el arroyo de la Tejera.