Durante los siglos XV al XIX
Getafe fue
posada y dormitorio de los viajeros que iban de
Madrid a
Toledo y viceversa. Esto hizo que aumentara sensiblemente la población y se fomentaran los trabajos de
agricultura y
ganadería. Pero la modernización de Getafe no se haría esperar y a mediados del siglo XIX empezaron a asentarse grandes factorías.