Corriendo el mes de junio de 1923, por inspiración divina, la Beata Madre Maravillas de Jesús, Carmelita Descalza, concibió la idea de fundar un convento en el Cerro de los Angeles, con el fin de acompañar al Sagrado Corazón de Jesús en su soledad y pedir por la salvación de las almas. Desde la Festividad de Cristo Rey, 26 de octubre de 1926, fecha en la que ocuparon el convento, el Sagrado Corazón de Jesús tiene una lámpara que se mantiene siempre encendida con luz de penitencia y oración, con entrega generosa, con el sacrificio callado de cada momento para sintonizar siempre con la voluntad de Dios.