"Son los «gestos» cotidianos los que conducen a los niños a Dios:
Sentarse a la mesa preparará la Eucaristía; el perdón a los hijos
Iniciará en el sacramento de la Penitencia (o sacramento del gozo y de
La amistad); el diálogo que los mayores mantengan con ellos les abrirá a
La oración cristiana". Fuente de la iglesia de San Sebastián.