Tu que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sáname aquí y ahora de mi alma, de mi mente, de mi memoria y todo mi interior. entra en mi, señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo, tu te apareciste en medio de ellos y les dijiste paz a vosotros. entra en mi corazón y dame tu paz.