GETAFE: SAN EUGENIO, (8 julio) Provenía de una modesta...

SAN EUGENIO,

(8 julio)

Provenía de una modesta familia italiana de Montemagno (cerca de Pisa). Parece ser que su encuentro con Bernardo de Claraval, lo empujó a abandonar su cargo de canónigo en Pisa para hacerse monje en Claraval. En 1141, comenzó a dirigir la abadía de San Salvador. Y el papa le encargó la reforma de una abadía cisterciense en Roma.
Fue elegido papa, sin ser cardenal, en Farfa, el 15 de febrero de 1145. Y no pudo entrar en Roma hasta diciembre de ese mismo año. Y en noviembre de 1149 tuvo que abandonar la ciudad por dos veces a causa de la hostilidad de la población, que deseaba la elección de otro papa. En 1152, pudo entrar de nueva en Roma.
El pontificado del primer papa cisterciense se desarrolló casi por completo en Francia y en Alemania. La relación con Francia está ligada a las Cruzadas y por los sínodos que celebró en París y Reims para examinar la doctrina de Gilberto de la Porré. Y, durante su pontificado, se profundizó sobre la figura del papa, en un ambiente en que los cardenales asumían excesivo papel para dirigirla. Además, se distinguió por no aceptar ningún don por parte de los que acudían a la Curia para pedirle su arbitraje en materia de justicia.
Curioso es el dato de que tres de los cardenales creados por Eugenio III fueron sus sucesores en la sede de Roma: Adriano IV, Alejandro III y Víctor IV.
El papa Eugenio murió, el 8 de julio de 1153, en Tívoli, donde se había retirado huyendo del calor romano. Fue sepultado en la basílica de San Pedro del Vaticano.