La
iglesia parroquial de
San Juan Bautista, cuya esbelta
torre es, sin duda, el elemento más característico del conjunto. La torre fue levantada a principios del siglo xvi por los Campero, padre e hijo. Se trata de una construcción de sillería compuesta por tres cuerpos separados por impostas decoradas con bolas. El superior -el de las
campanas- ostenta en cada frente dos vanos ligeramente apuntados. Se remata con una cornisa apoyada sobre ménsulas y se adorna con ocho gárgolas en forma de figuras de animales; sobre aquella se sitúa un antepecho, ornado a su vez con ocho pináculos que enmarcan el arranque del
capitel construido con lajas de
piedra tallada. En el cuerpo inferior de la torre se halla la
portada de acceso al
edificio de la iglesia, constituida por un
arco apuntado formado por varias arquivoltas cóncavas, entre las que se emplea una franja de decoración de hojas de cardo y animales; un alfiz, con forma de semicírculo en su parte superior encuadra el conjunto. El intradós se decora con
flores de cuatro pétalos con botón central, colocándose en la parte curva una repisa para
escultura, en la actualidad vacía. En los laterales exteriores se puede apreciar que su estructura estaba pensada para estar formada por tres naves; pero que quedaron reducidas a la central, no llegando a desarrollarse las dos laterales proyectadas inicialmente.
El conjunto de la cabecera y el crucero, del siglo xvi, es de sillería de buena calidad. Se cubre con
bóvedas de crucería que apoyan sobre ménsulas en los
capiteles de los cuatro pilares toscanos del crucero. Su altura es espectacular. La sacristía es también del siglo xvi, y está cubierta con
bóveda de crucería sobre ménsulas. En 1992 sufrió una rehabilitación y reforma que cambiaron su aspecto exterior, quedando de manifiesto los materiales contemporáneos utilizados y perdiendo belleza respecto a su aspecto original. La opinión generalizada del vecindario del
pueblo es que se perdió valor
monumental del conjunto, respecto a su estructura y aspecto originales. En su interior pueden destacarse dos cuadros renacentistas representando a San Sebastián y a la
Virgen del Rosario. Tallas de madera importantes ejecutadas por Mariano Rubio Jiménez, hijo del pueblo y discípulo predilecto de Benlliure. Especial interés posee la figura de San Juan Bautista niño.