LA SIERRA DE MADRID
Mirar la sierra en distancia
con su nieve esquiadora,
es vivir con arrogancia
su paisaje de señora.
Esa sierra madrileña
donde el frío pega fuerte,
su viento pone a la greña
buscar sin prisa la suerte.
Madrid contempla su sierra
como regalo del cielo,
en su terreno se encierra
los pantanos en su suelo.
Cordillera de montañas
con Navacerrada altivo,
son profundas sus entrañas
y más en cualquier festivo.
Sueños con sus aventuras
de pisar toda la sierra,
que nos parecen locuras
el peligro que ello encierra.
Pinos llenos de leyendas
entre grandes precipicios,
existen bonitas sendas
y laderas con suplicios.
Guadarrama de paisaje
marcando cualquier camino,
nombre moro sin linaje
aunque con viento divino.
Mirar de lejos la sierra
entre blanca perspectiva,
es sentir que amas su tierra
y el contemplarla motiva.
Guerras con fechas marcadas
en sus cumbres primorosas,
con veredas encantadas
entre sus piedras hermosas.
G X Cantalapiedra.
Mirar la sierra en distancia
con su nieve esquiadora,
es vivir con arrogancia
su paisaje de señora.
Esa sierra madrileña
donde el frío pega fuerte,
su viento pone a la greña
buscar sin prisa la suerte.
Madrid contempla su sierra
como regalo del cielo,
en su terreno se encierra
los pantanos en su suelo.
Cordillera de montañas
con Navacerrada altivo,
son profundas sus entrañas
y más en cualquier festivo.
Sueños con sus aventuras
de pisar toda la sierra,
que nos parecen locuras
el peligro que ello encierra.
Pinos llenos de leyendas
entre grandes precipicios,
existen bonitas sendas
y laderas con suplicios.
Guadarrama de paisaje
marcando cualquier camino,
nombre moro sin linaje
aunque con viento divino.
Mirar de lejos la sierra
entre blanca perspectiva,
es sentir que amas su tierra
y el contemplarla motiva.
Guerras con fechas marcadas
en sus cumbres primorosas,
con veredas encantadas
entre sus piedras hermosas.
G X Cantalapiedra.