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ESA SIERRA DE MADRID
Brisas de pinos hermosos
que hacen sentir emociones,
sueños de vientos gozosos
en todas las ocasiones.
Mirando siempre la sierra
como un sueño del destino,
sientes la voz de la tierra
con ecos de un adivino.
Esa sierra madrileña
llena de bellos paisajes,
hoy parece ser la dueña
de muchos viejos linajes.
Paisajes que dan reflejos
con sus nieves invernales,
que se divisan de lejos
de mil formas naturales.
Miras al cielo en la noche
queriendo saber misterios,
y notas cierto reproche
en mil comentarios serios.
Laderas con sus colinas
entre picachos de piedra,
algunas viejas encinas
llevan el viento a su vera.
Colinas que dejan huellas
en las viejas tradiciones,
donde brillan las estrellas
mostrando sus tentaciones.
Los años siguen pasando
entre grandes singladuras,
la sierra nos va dejando
algunas torpes locuras.
Tradiciones del destino
entre negros nubarrones,
la sierra tiene su signo
que levanta mil pasiones.
G X Cantalapiedra.
Brisas de pinos hermosos
que hacen sentir emociones,
sueños de vientos gozosos
en todas las ocasiones.
Mirando siempre la sierra
como un sueño del destino,
sientes la voz de la tierra
con ecos de un adivino.
Esa sierra madrileña
llena de bellos paisajes,
hoy parece ser la dueña
de muchos viejos linajes.
Paisajes que dan reflejos
con sus nieves invernales,
que se divisan de lejos
de mil formas naturales.
Miras al cielo en la noche
queriendo saber misterios,
y notas cierto reproche
en mil comentarios serios.
Laderas con sus colinas
entre picachos de piedra,
algunas viejas encinas
llevan el viento a su vera.
Colinas que dejan huellas
en las viejas tradiciones,
donde brillan las estrellas
mostrando sus tentaciones.
Los años siguen pasando
entre grandes singladuras,
la sierra nos va dejando
algunas torpes locuras.
Tradiciones del destino
entre negros nubarrones,
la sierra tiene su signo
que levanta mil pasiones.
G X Cantalapiedra.