Los antiguos peregrinos del Camino de Santiago empleaban los berros como planta medicinal contra las inflamaciones, los dolores producidos por el reuma, las grietas de la piel y otras heridas.
En muy pocos años, los berros han pasado de ser un hierbajo del que sólo se alimentaban las ovejas, a una exquisitez que mejora, en sabor y en estética, cada plato que toca.
Esta planta herbácea está contraindicada para todos aquellos que padezcan de gastritis, úlcera...