Oración para despedir la imagen del Santo
¡Amadísimo protector nuestro San Antonio! Nuevamente congregados a vuestras plantas os damos expresivas gracias por haberos dignado permanecer entre nosotros durante este día. Nunca olvidaremos las lecciones que nos habéis dado y los buenos propósitos que os hemos ofrecido Antes de abandonar esta morada, os suplicamos fervorosamente que socorráis a todos los que os invocan, a todos los que sufren abandonos y desamparos, persecuciones, injusticias o calumnias, a los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, a los que tienen hambre y viven en noche perpetua a causa de su rudo padecer. Os rogamos también que llaméis dulcemente a todos los que viven olvidados de su santificación y que nos alcancéis del Divino Niño el remedio de todas nuestras necesidades espirituales y temporales; que toda la tierra sea renovada y todos los corazones reconozcan el reinado absoluto de Cristo y todas las lenguas confiesen que no hay salvación fuera de sus doctrinas y enseñanzas por su Santa Iglesia y predicadas por sus ministros. Bendecidnos a todos y alcanzadnos el don inestimable de la paz. Así sea.
¡Amadísimo protector nuestro San Antonio! Nuevamente congregados a vuestras plantas os damos expresivas gracias por haberos dignado permanecer entre nosotros durante este día. Nunca olvidaremos las lecciones que nos habéis dado y los buenos propósitos que os hemos ofrecido Antes de abandonar esta morada, os suplicamos fervorosamente que socorráis a todos los que os invocan, a todos los que sufren abandonos y desamparos, persecuciones, injusticias o calumnias, a los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, a los que tienen hambre y viven en noche perpetua a causa de su rudo padecer. Os rogamos también que llaméis dulcemente a todos los que viven olvidados de su santificación y que nos alcancéis del Divino Niño el remedio de todas nuestras necesidades espirituales y temporales; que toda la tierra sea renovada y todos los corazones reconozcan el reinado absoluto de Cristo y todas las lenguas confiesen que no hay salvación fuera de sus doctrinas y enseñanzas por su Santa Iglesia y predicadas por sus ministros. Bendecidnos a todos y alcanzadnos el don inestimable de la paz. Así sea.