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EL PERRO LOBO DE CAPERUCITA
Erase una vez un perro podenco, que tenia unos dientes muy grandes y afilados, que aullaba como los propios lobos de la sierra, cuando sonaban las sirenas de los bomberos, coches ambulancias o servicios de urgencias públicos, Este podenco le gustaban las cosas que hacían los humanos, comer comida natural, incluso verduras, arroz, pollo, filetes, huevos incluso crudos, pero no le agradaba nada la comida de perros granulada, que la evitaba a diario con su larga lengua, Este perro solo le faltaba hablar el idioma castellano, daba saltos de atleta en los parques de su barrio, sabia de sobra si un perro estaba poco cuidado, dejando de lado a cualquier animal que no estuviera limpio y presentable, y poco a poco se fue ganando amistades entre las perras más distinguidas en su ambiente perruno, Un nieto le enseño a dormir en cama de 90, centímetros, y se tapaba todo su cuerpo, dejando su cabeza fuera de las sábanas, era la propia imagen que siempre vimos en el famoso cuento de Caperucita Roja. El podenco no daba señales de estar a disgusto, al revés se veía feliz y contento de ser como somos los seres humanos, comida de humanos, televisión, escritorio de ordenador donde ponía sus manos para dejar letras sueltas, y solo se sentía mal cuando se encontraba con un perro blanco llamado Nemo, al que se la tenía jurada, y se enfadaba con oler que estaba por sus alrededores. Este podenco ladrador de nacimiento, con instintos de cazador de campo, la ciudad le hace sentirse fuera de su capacidad de poder cazar, y de vez en cuando se nota su sentimiento perruno, aunque el estar caliente por las noches le hacen recapacitar, No todos los perros tienen esa suerte de tener don niños que jueguen con el casi a diario, Hay animales que solo conocen el mal trato, poca comida y mucha mala situación en su casa de acogida. G X Cantalapiedra.
Erase una vez un perro podenco, que tenia unos dientes muy grandes y afilados, que aullaba como los propios lobos de la sierra, cuando sonaban las sirenas de los bomberos, coches ambulancias o servicios de urgencias públicos, Este podenco le gustaban las cosas que hacían los humanos, comer comida natural, incluso verduras, arroz, pollo, filetes, huevos incluso crudos, pero no le agradaba nada la comida de perros granulada, que la evitaba a diario con su larga lengua, Este perro solo le faltaba hablar el idioma castellano, daba saltos de atleta en los parques de su barrio, sabia de sobra si un perro estaba poco cuidado, dejando de lado a cualquier animal que no estuviera limpio y presentable, y poco a poco se fue ganando amistades entre las perras más distinguidas en su ambiente perruno, Un nieto le enseño a dormir en cama de 90, centímetros, y se tapaba todo su cuerpo, dejando su cabeza fuera de las sábanas, era la propia imagen que siempre vimos en el famoso cuento de Caperucita Roja. El podenco no daba señales de estar a disgusto, al revés se veía feliz y contento de ser como somos los seres humanos, comida de humanos, televisión, escritorio de ordenador donde ponía sus manos para dejar letras sueltas, y solo se sentía mal cuando se encontraba con un perro blanco llamado Nemo, al que se la tenía jurada, y se enfadaba con oler que estaba por sus alrededores. Este podenco ladrador de nacimiento, con instintos de cazador de campo, la ciudad le hace sentirse fuera de su capacidad de poder cazar, y de vez en cuando se nota su sentimiento perruno, aunque el estar caliente por las noches le hacen recapacitar, No todos los perros tienen esa suerte de tener don niños que jueguen con el casi a diario, Hay animales que solo conocen el mal trato, poca comida y mucha mala situación en su casa de acogida. G X Cantalapiedra.