ELTRISTE RECUERDO HACIA AQUEL EMIGRANTE
Sin leyendas ni prejuicios, aquel joven emigrante, no quiso saber de juicios y camino hacia adelante. Volvió de nuevo a su tierra, para saber las verdades, que su corazón se encierra entre muchas falsedades. Quiso saber cierta historia de aquella mujer que amaba, y pensó si existe gloria, no puede ser olvidada. La quiso con gran cariño y la tuvo siempre en mente, jugo con ella de niño y le volvió más valiente. La distancia le margina buscando ciertos dineros, comprendiendo que su estima va por malos derroteros. Llegó sin saber su muerte en las horas de su entierro, y confundiendo su suerte sus manos se hicieron hierro. Lloró sin saber las causas de una muerte confundida, su cuerpo tembló sin pausas viendo una vida perdida. Le negaron la palabra, su presencia era proscrita, todo lo que preguntaba no era palabra bendita. Sin entender el presente ni saber las conclusiones, el joven miró de frente para sacar soluciones. Las voces quedaron mudas, nadie quiso ser testigo, las sensaciones tan crudas le hicieron ver su castigo. Aquella joven ya muerta se marchó con su amargura en aquella vida incierta tuvo mucho de locura, Las horas fueron castigos de un amor que llevo el viento, no se puede ser amigos si se siembra sufrimiento. Las penas causaron llanto comentadas por su gente, el joven vio el desencanto de aquel tan sufrido ambiente. No quiso ser responsable
de su caminar airoso, ni supo ser novio amable, solo un perfecto celoso. Amarrado a su pasado sin poner notas de muerte, era pobre condenado viviendo con mala suerte. El destino le marcaba sin dejar flecos colgando, la vida que se acababa le dejaba tiritando. Sus manos se estremecían, llenas de pasos mundanos, y en su conciencia pedían no sentir sueños profanos. Sin lagrimas en sus ojos busco las claras del día, su familia le dio enojos en tremenda sintonía. Nadie le daba razones de la que fue su princesa, pero vio las condiciones del murmurar que no cesa. Emigrante de promesas que se volaron con prisa, si a la muerte tu regresas no quieras soltar tu risa. Emigrante de complejos que vienen siempre volando, las penas que dejas lejos siempre terminan llorando. Emigrante sin cartera que vives soñando amores, dejaste la vida entera para sembrar los dolores. Calles que viven recuerdos entre sueños ya perdidos, momentos que fueron cuerdos de emigrantes reprimidos. La muerte deja dolores que la vida nunca sana, existen flechas de amores que nunca dan en diana. Emigrantes sin razones que buscan nuevos caminos, queriendo ver soluciones en sus momentos divinos. El emigrante se marcha soñando un nuevo destino, y muchas veces se engancha para poder hilar fino. Más la vida marca metas que parecen imposibles, y las personas inquietas ven gestos inadmisibles. Todo tiene su castigo dicen las viejas leyendas, si solo el novio es amigo debes de olvidar sus sendas. Sueños que son invisibles en las noches de verano, amores poco admisibles que viven un mundo vano. Amores que buscan sierra entre el viento cortesano, algún sufrimiento encierra cuando el amor es humano. La sierra marca destinos en las noches de calores, y hace duros esos signos que son los buenos amores. Corre la brisa del viento buscando plena armonía, pero lleva el sufrimiento que no siempre es simpatía. Amores que van soñando sin saber donde terminan, buscan el vivir gozando al tiempo que se iluminan.
G X Cantalapiedra.
Sin leyendas ni prejuicios, aquel joven emigrante, no quiso saber de juicios y camino hacia adelante. Volvió de nuevo a su tierra, para saber las verdades, que su corazón se encierra entre muchas falsedades. Quiso saber cierta historia de aquella mujer que amaba, y pensó si existe gloria, no puede ser olvidada. La quiso con gran cariño y la tuvo siempre en mente, jugo con ella de niño y le volvió más valiente. La distancia le margina buscando ciertos dineros, comprendiendo que su estima va por malos derroteros. Llegó sin saber su muerte en las horas de su entierro, y confundiendo su suerte sus manos se hicieron hierro. Lloró sin saber las causas de una muerte confundida, su cuerpo tembló sin pausas viendo una vida perdida. Le negaron la palabra, su presencia era proscrita, todo lo que preguntaba no era palabra bendita. Sin entender el presente ni saber las conclusiones, el joven miró de frente para sacar soluciones. Las voces quedaron mudas, nadie quiso ser testigo, las sensaciones tan crudas le hicieron ver su castigo. Aquella joven ya muerta se marchó con su amargura en aquella vida incierta tuvo mucho de locura, Las horas fueron castigos de un amor que llevo el viento, no se puede ser amigos si se siembra sufrimiento. Las penas causaron llanto comentadas por su gente, el joven vio el desencanto de aquel tan sufrido ambiente. No quiso ser responsable
de su caminar airoso, ni supo ser novio amable, solo un perfecto celoso. Amarrado a su pasado sin poner notas de muerte, era pobre condenado viviendo con mala suerte. El destino le marcaba sin dejar flecos colgando, la vida que se acababa le dejaba tiritando. Sus manos se estremecían, llenas de pasos mundanos, y en su conciencia pedían no sentir sueños profanos. Sin lagrimas en sus ojos busco las claras del día, su familia le dio enojos en tremenda sintonía. Nadie le daba razones de la que fue su princesa, pero vio las condiciones del murmurar que no cesa. Emigrante de promesas que se volaron con prisa, si a la muerte tu regresas no quieras soltar tu risa. Emigrante de complejos que vienen siempre volando, las penas que dejas lejos siempre terminan llorando. Emigrante sin cartera que vives soñando amores, dejaste la vida entera para sembrar los dolores. Calles que viven recuerdos entre sueños ya perdidos, momentos que fueron cuerdos de emigrantes reprimidos. La muerte deja dolores que la vida nunca sana, existen flechas de amores que nunca dan en diana. Emigrantes sin razones que buscan nuevos caminos, queriendo ver soluciones en sus momentos divinos. El emigrante se marcha soñando un nuevo destino, y muchas veces se engancha para poder hilar fino. Más la vida marca metas que parecen imposibles, y las personas inquietas ven gestos inadmisibles. Todo tiene su castigo dicen las viejas leyendas, si solo el novio es amigo debes de olvidar sus sendas. Sueños que son invisibles en las noches de verano, amores poco admisibles que viven un mundo vano. Amores que buscan sierra entre el viento cortesano, algún sufrimiento encierra cuando el amor es humano. La sierra marca destinos en las noches de calores, y hace duros esos signos que son los buenos amores. Corre la brisa del viento buscando plena armonía, pero lleva el sufrimiento que no siempre es simpatía. Amores que van soñando sin saber donde terminan, buscan el vivir gozando al tiempo que se iluminan.
G X Cantalapiedra.