CUANDO SE MARCHA EL VERANO
Llegan los vientos del norte
en las frías madrugadas,
marcando cómo un resorte
sus noches medio escarchadas.
Cuando se marcha el verano
en Hoyo se siente frío,
el sol parece lejano
sin alegrarse aquel río.
Los misterios de la sierra
se funden entre visiones,
es un silencio que encierra
un montón de confusiones.
La soledad va buscando
nostalgias de sombras negras,
mientras se vive soñando
que existen montes con fieras.
En Hoyo de Manzanares
los silencios se programan,
es de los bellos lugares
donde se respiran calmas.
Madrid en la lejanía
tiene brisas de humaradas,
hay piedras con simpatía
en sus sendas encantadas.
En Hoyo vas respirando
los aires con buena gana,
el cuerpo lo va notando
cuando llega la mañana.
El Picazo de testigo
deja su sombra marcada,
más nadie le ve un castigo
al ver la tarde acortada.
El verano se ha marchado
buscando nuevas andadas,
nos dejo calor sobrado
en muchas de sus jornadas.
G X Cantalapiedra.
Llegan los vientos del norte
en las frías madrugadas,
marcando cómo un resorte
sus noches medio escarchadas.
Cuando se marcha el verano
en Hoyo se siente frío,
el sol parece lejano
sin alegrarse aquel río.
Los misterios de la sierra
se funden entre visiones,
es un silencio que encierra
un montón de confusiones.
La soledad va buscando
nostalgias de sombras negras,
mientras se vive soñando
que existen montes con fieras.
En Hoyo de Manzanares
los silencios se programan,
es de los bellos lugares
donde se respiran calmas.
Madrid en la lejanía
tiene brisas de humaradas,
hay piedras con simpatía
en sus sendas encantadas.
En Hoyo vas respirando
los aires con buena gana,
el cuerpo lo va notando
cuando llega la mañana.
El Picazo de testigo
deja su sombra marcada,
más nadie le ve un castigo
al ver la tarde acortada.
El verano se ha marchado
buscando nuevas andadas,
nos dejo calor sobrado
en muchas de sus jornadas.
G X Cantalapiedra.