AQUELLA NOCHE CUANDO NO BRILLO LA LUNA
Aquella noche sin luna entre piedras muy gigantes,
el hombre soñó fortuna en sus horas delirantes.
Sobre visiones perdidas y palabras arrogantes
busco frases elegidas en muchos de sus instantes.
Los aires de aquella sierra le sirvieron de sedante,
y en su cerebro se encierra ser un hombre de talante.
La luna busco barrancos en la noche misteriosa,
y fueron muchos los flancos al verla seria y penosa.
Deja que salga la luna sin hablarnos de pesares,
nunca el hombre habló de cuna en sus distintos lugares.
La voz de la tierra tira me comentó de mañana,
mientras que la vida gira sin querer la ruta vana.
La noche se fue muriendo sin que la luna brillara,
y en su corazón viviendo esa luz que le marcara.
Luces llenas de misterio sobre la sierra asomaban,
el hombre se puso serio y sus ojos le lloraban.
La luna se fue escondiendo sin buscar la madrugada,
y un grito de muerte oyendo dejó la sierra marcada.
Deja que llore la sierra aunque la luna se vaya,
hay lamentos en la tierra que solo los grita el alma.
Los ecos siguen perennes, nadie sabe de distancias,
existen ciertos vaivenes que no quieren ignorancias.
La noche busca a la luna sin temer la madrugada,
las palabras una a una son ecos de encrucijada.
La sierra grita en la noche mientras la luna se espanta,
nadie puede poner broche a tan penosa garganta.
La noche sigue encendida de misterios y alabanzas,
la luna se fue escondida sin comentar sus andanzas,
Los lamentos de la sierra dicen que los siente el alma,
hay misterios en la tierra que nadie querer reclama.
G X Cantalapiedra.
Aquella noche sin luna entre piedras muy gigantes,
el hombre soñó fortuna en sus horas delirantes.
Sobre visiones perdidas y palabras arrogantes
busco frases elegidas en muchos de sus instantes.
Los aires de aquella sierra le sirvieron de sedante,
y en su cerebro se encierra ser un hombre de talante.
La luna busco barrancos en la noche misteriosa,
y fueron muchos los flancos al verla seria y penosa.
Deja que salga la luna sin hablarnos de pesares,
nunca el hombre habló de cuna en sus distintos lugares.
La voz de la tierra tira me comentó de mañana,
mientras que la vida gira sin querer la ruta vana.
La noche se fue muriendo sin que la luna brillara,
y en su corazón viviendo esa luz que le marcara.
Luces llenas de misterio sobre la sierra asomaban,
el hombre se puso serio y sus ojos le lloraban.
La luna se fue escondiendo sin buscar la madrugada,
y un grito de muerte oyendo dejó la sierra marcada.
Deja que llore la sierra aunque la luna se vaya,
hay lamentos en la tierra que solo los grita el alma.
Los ecos siguen perennes, nadie sabe de distancias,
existen ciertos vaivenes que no quieren ignorancias.
La noche busca a la luna sin temer la madrugada,
las palabras una a una son ecos de encrucijada.
La sierra grita en la noche mientras la luna se espanta,
nadie puede poner broche a tan penosa garganta.
La noche sigue encendida de misterios y alabanzas,
la luna se fue escondida sin comentar sus andanzas,
Los lamentos de la sierra dicen que los siente el alma,
hay misterios en la tierra que nadie querer reclama.
G X Cantalapiedra.