HOYO DE MANZANARES: EL MILAGRO DEL CABALLO...

EL MILAGRO DEL CABALLO
Aquella mañana del mes de agosto, el matrimonio de mayores, que se paseaban por el Parque de la Cabilda, fueron como todos los días a dar un puñado de hierba seca, a su caballo favorito, el animal como siempre se acercaba a los ancianos, y les miraba mientras se dejaba acariciar su frente. Eran muchos días de aquel magnifico recorrido, y los animales solitarios, necesitan alguien que les diera un poco de amistad y cariño, Más aquel día el caballo, se daba cuenta de que los ancianos, se iban a ir, de aquel lugar precioso de la sierra madrileña. Desde la valla de su cerca, el caballo les dijo adiós, moviendo su cabeza, como si fuera una resignación, les relincho, como el anciano hacia a diario alrededor de su cerca, Fueron momentos de misterio, para los dos ancianos, el fabuloso caballo, erguido sobre sus patas traseras, levantaba por encima de la valla su medio cuerpo, y con su fuerza de animal domesticado, relincho, El matrimonio de mayores, se le saltaron las lágrimas, y se marcharon hasta el pueblo, con el corazón encogido, era la primera vez que un animal de esa especie, sentía su marcha, y comprendía al despedirse de sus amigos, era dura la ocasión, pero aquel caballo solo le faltaba hablar, para sentir el drama de verse solo y en una cerca donde apenas tenía compañía, los dos ancianos se alejaron y hablaron de su infancia, de cómo en sus casas de pequeños agricultores, siempre habían tenido acémilas, burros y incluso un caballo pequeño, el hombre comentó, mis padres tuvieron dos burros que fueron para mi entorno un verdadero juguete, les toreábamos, les tocaba las orejas, con su cola hacia una coleta, y les daba de comer en la mano, alfalfa, heno, y grama limpia. Siempre me quisieron mucho, y jugué con ellos, incluso a veces lleve a mi padre la comida al trabajo agrícola, en la hora de medio día sobre su albarda, fueron animales a los que yo quería y respetaba, y jamás les di maltrato. Más este caballo si tuviéramos una casa en este lugar, le haríamos una cuadra decente, y le sacaríamos a pasear todos los días del año, incluso con nieve, este caballo entiende nuestros sentimientos hacia él, y sabe que le queremos y respetamos a fondo, desde el primer día que le conocimos, este animal tiene más inteligencia que algunos humanos, y conoce a la gente solo viéndoles una vez, para saber cómo son y actúan. Desde hoy no me extraña que haya caballos que bailen, anden en dos patas, y que si tienen niños en su entorno, jueguen con ellos. Son animales muy inteligentes, y quizá por eso, a quien les de malos tratos, se la guarden siempre, y quieran vengarse del mal recibido. El matrimonio de mayores se llevó a la gran ciudad, un recuerdo imposible de olvidar, y desde su domicilio comentaban, que hará hoy nuestro querido caballo. Le darán de comer y beber, o estará solo y sumido en su tristeza. G X Cantalapiedra.