HOYO DE MANZANARES: FUE UNA TARDE DE TORMENTA...

FUE UNA TARDE DE TORMENTA
Las nubes se desataron sobre esta sierra empedrada, muchos rayos abrazaron aquella tierra cuidada. Tormenta que vanidosa mucho ruido desatara, alguna encina morbosa con el ruido se doblaba. Rayos, truenos y granizo sobre su suelo volaron, el ambiente fue plomizo al ver el cielo nublado. En Hoyo buscaron calma sus vecinos expectantes, con las nubes en el alma sufrieron muchos instantes. Han pasado muchos años, la tormenta se ha olvidado, nadie recuerda los daños de aquel maldito tornado. Las historias se repiten me lo dijo un jubilado, las nubes cuando palpiten tienen camino endiablado. Una tarde de tormenta en el bonito verano, alguna duda se aumenta en el más sufrido humano. En Hoyo sigue la duda, la tormenta no es halago, ni parece ser absurda cuando se vuelve un mal trago. Los rayos están presentes, La Tortuga y El Picazo, las nubes no son ausentes si quieren darte un zarpazo. No vale gritar al viento, ni sentirte hombre salvado, las nubes dan sufrimiento mientras te ves condenado. Hay tormentas que se olvidan, y otras que pasan de largo, muchas gentes si las cuidan al ver su momento amargo. Tormentas que son malvadas, con granizos mal llegados, vienen dejando grabadas las fuerzas de sus tornados. En Hoyo siguen pendientes de sus nubes y sus fallos, a veces dicen las gentes que aquí solo cantan gallos. Piedras grises de granito, tormentas que son calvarios, nubes que sueltan su grito sin conocer los templarios. Esta sierra madrileña con sus signos solidarios, hay tormenta que se empeña en gestos extraordinarios.. G X Cantalapiedra.