HOYO DE MANZANARES: PRESINTIENDO SUS ULTIMOS DÍAS...

PRESINTIENDO SUS ULTIMOS DÍAS
Aquel hombre de carácter duro, y cargado de años, pensó en el otoño de 2016, que su vida se le escapaba, su fuerza la notaba agotada, y al caminar se sentía muy flojo. Un día del mes de octubre, decidió salir a darse una vuelta, por el Parque de La Cabilda, pero su cabeza no respondía a sus pisadas, era superior a su momento actual, se encontraba sin fuerza ni para poder gritar, tomo la decisión de sentarse sobre una piedra de granito, de las que abundan en dicho Parque, pasó el tiempo sin poder casi ni hablar. Hasta que un joven ciclista le miro al pasar al lado del hombre mayor, y paro su bicicleta, preguntando si precisaba ayuda. El joven le agarro de un hombro y tiro del anciano con fuerza para sacarle de allí por la puerta que da al cementerio, al pasar por el tanatorio, el anciano comento. “Me quedan horas para venir a ocupar un lugar en este sitio tan triste”. No se equivocaba mucho, estaba dándose cuenta de su final, sus manos le temblaban, sus ojos parecían perderse en la distancia, sus labios secos apenas les podía mover, y sus piernas incluso con su bastón de apoyo, era difícil el moverlas, para poder andar. Aquel joven vio llegar un coche que le hizo señales de parar para ayudarle, y el anciano entro en el automóvil sin preguntar nada. Días más tarde el joven se enteraba de aquellas palabras del anciano, que le aviso de su próximo ingreso en dicho cementerio, al darse cuenta de su flojedad, y del abandonar esta vida, al verse agotado y sin fuerza para seguir batallando. Fueron palabras que calaron en aquel joven de Hoyo de Manzanares, que sin pensarlo demasiado, ayudo al anciano a salir del Parque de La Cabilda, donde quizá de no haberle ayudado, hubiera sufrido un pronto desfallecimiento. El Joven comentó a sus amigos, parece que la muerte te viene avisar, y el cuerpo se deja llevar hacia el final de nuestro recorrido, al verse vencido por el tiempo de vida que hayas pasado. Cada día que después pasaba el joven, por el lugar donde el anciano parecía desfallecer, las palabras que pudo escuchar se le repetían en sus oídos, y le dejaban descolocado, fue una lección dura y grande, el joven la llevaría para siempre en su memoria. Y el Parque y el cementerio, le decían demasiado, su mente nunca borraría dichas palabras. G X Cantalapiedra.