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HOYO DE MANZANARES: ERA UNA TARDE DE SOL....

ERA UNA TARDE DE SOL.
El mes de agosto quemaba sobre valles de la sierra, y la tormenta llegaba refrescando aquella tierra. Era una tarde de sol, las piscinas medio llenas, las gentes con parasol haciendo verdades buenas. Unas nubes temerosas hicieron presencia plena, no fueron horas dichosas cuando la tormenta suena. Los rayos dejaron truenos, la tormenta se envenena, el granizo va cayendo y la tormenta no es buena. Piscinas desalojadas, casas cerrando sus puertas, ciertas zonas inundadas y los niños se atormentan. Rayos que llegan dañando hasta las mismas estrellas, truenos que vienen dejando pocas cosas que son bellas. Los ruidos atronadores eran cantos de sirena, dicen que algunos señores hablaron de lluvia buena. En Hoyo fueron marcando los destellos con gran pena, los ruidos fueron formando una terrible cadena. Una tarde tormentosa, una noche casi ciega, nadie hablaba de otra cosa solo la brisa despliega. Tormenta con gran granizo, las carreteras cubiertas, el peligro dejó hechizo haciendo noches despiertas. Rayos truenos y centellas sobre la sierra desierta, las piedras se vuelven bellas con ecos de vida atenta. Estas tormentas malignas que casi siempre envenenan, nunca pueden ser divinas amargando muchas cenas. La noche siguió azarosa, entre ruidos de tormenta, parece que fue horrorosa al ver el ruido que aumenta. Cuando llego la alborada, la gente siguió despierta, hablan de la madrugada que tuvo a la gente atenta. Son tormentas de verano, que las pasiones detestan, donde sufre el ser humano al ver que siempre protestan. G X Cantalapiedra.