HOYO DE MANZANARES: ERA UN CAMINO TEMIDO...

ERA UN CAMINO TEMIDO
Aquella mujer andando camino del cementerio, en sus pasos vi marcando aquel momento tan serio. Unas flores en sus manos que deslumbraban al verlas, la fe de muchos humanos es no querer entenderlas. En Hoyo de Manzanares con el cementerio cerca, es de los raros lugares que la muerte sigue terca. Unas flores en la tumba, un recuerdo que se aleja, de aquella vida fecunda solo se nota una queja. Las flores siguen brillando y sobre el mármol reflejan, el adiós se fue olvidando, las flores nunca son viejas. Los misterios de la muerte dicen que sueltan leyendas, y nadie quiere su suerte ni recorrer esas sendas. Los recuerdos se amontonan, las losas notan las penas, aunque poco solucionan el ver volar las arenas. Cuando la manos tiritan, si nadie cierra la puerta, las gentes solas se agitan al no ver la puerta abierta. Manos llenas de temblores, que poco piensan en fiestas, aparecen los dolores con sus temidas encuestas. En el camino temido sin existir muchas cuestas, el olvido no ha perdido conocer ciertas encuestas. Estos días otoñales que todos guardan leyendas, nunca se les ve normales ni quieres perder sus riendas. Sin gritos ni letanías, sin esperar si regresas, no quieres vivir porfías ni aguantar ciertas promesas. Los cementerios nos marcan las noches de las tinieblas, sobre sus dudas te embarcas incluso con grandes nieblas. El pisar el cementerio en las mañanas inciertas, es alargar el misterio de muchas personas muertas. En Hoyo de Manzanares la tarde parece bella, y se temen los lugares donde no brilla su estrella. G X Cantalapiedra.