SIERRA EN LA SIERRA DESAYUNO
Caminos de la Sierra encadenados
entre sueños de sombras y tormentos,
muchos ratos de buenos sentimientos
nos marcan los destinos encantados.
No queremos sentirnos condenados
ni vivir entre grandes sufrimientos,
es posible que giren hoy los vientos
y nos marquen sus signos enfrentados.
En la sierra vivimos anhelados,
caminamos buscando las razones,
de otras rutas que dejan emociones
sin sentir ciertos pasos endiablados.
En la sierra se ven desamparados
animales que corren por sus piedras.
es posible que allí crezcan las hiedras,
entre vientos que van descontrolados.
Entre sueños que marchan despiadados
caminamos buscando las barreras,
son veredas que no quieren fronteras
y que temen el ver vientos soñados.
En la sierra buscamos despistados
que confunden la sendas de la suerte,
viendo noches que pueden tener muerte
sin salvar los lugares marginados.
No debemos seguir encandilados
buscando los caminos penitentes,
sin querer el vernos nunca ausentes
ni sentirnos jamás ser jubilados.
No queremos mirar acantilados
donde surjan problemas imprudentes,
no es manera de ver a muchas gentes
que consiguen tener ojos cerrados.
Suenan voces de humanos marginados,
que pregonan sus males de castigo,
en la sierra comprendes al amigo
si prefiere los vientos alocados.
G X Cantalapiedra.
Caminos de la Sierra encadenados
entre sueños de sombras y tormentos,
muchos ratos de buenos sentimientos
nos marcan los destinos encantados.
No queremos sentirnos condenados
ni vivir entre grandes sufrimientos,
es posible que giren hoy los vientos
y nos marquen sus signos enfrentados.
En la sierra vivimos anhelados,
caminamos buscando las razones,
de otras rutas que dejan emociones
sin sentir ciertos pasos endiablados.
En la sierra se ven desamparados
animales que corren por sus piedras.
es posible que allí crezcan las hiedras,
entre vientos que van descontrolados.
Entre sueños que marchan despiadados
caminamos buscando las barreras,
son veredas que no quieren fronteras
y que temen el ver vientos soñados.
En la sierra buscamos despistados
que confunden la sendas de la suerte,
viendo noches que pueden tener muerte
sin salvar los lugares marginados.
No debemos seguir encandilados
buscando los caminos penitentes,
sin querer el vernos nunca ausentes
ni sentirnos jamás ser jubilados.
No queremos mirar acantilados
donde surjan problemas imprudentes,
no es manera de ver a muchas gentes
que consiguen tener ojos cerrados.
Suenan voces de humanos marginados,
que pregonan sus males de castigo,
en la sierra comprendes al amigo
si prefiere los vientos alocados.
G X Cantalapiedra.