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HOYO DE MANZANARES: NADA ES LO MISMO...

NADA ES LO MISMO
Aquel hombre que llevaba más de treinta años, veraneando en Hoyo de Manzanares, aquel año después de la pandemia, se notó extraño, una enfermedad que le hacía olvidar sus antiguas pisadas, y nada más llegar a su chalé en una urbanización cerca del Picazo, empezó diciendo que aquella vivienda no era su casa, y con esa coletilla se pasó varios días, dándole la tabarra a su esposa e hijo. Su esposa haciéndole los cargos, no podía convencerle, más se ve que el cerebro de aquel hombre, con dicha enfermedad, no podía recapacitar, ni darse cuenta de su error. Sin acudir a lugares que antes el visitaba, como bares y comercios, y en la piscina de su entorno, ni piso aquel verano del año 2022, Su estancia fue imposible para toda su familia, el hombre empezó a negarse hablar, y como no enlazaba sus palabras, el mismo se volvía huraño, todo le parecía extraño, no conocía ni a sus vecinos de otras temporadas, donde entablaba con ellos conversaciones y juegos de cartas. Su esposa sabía que esa maldita enfermedad le rondaba, pero no tan rápido, pensando que, al volver a su lugar de veraneo de otros años, podría recuperar su memoria. Pero fue al revés, cuando en el principio de septiembre decidieron volver a la capital de España, el hombre se negaba a montar en el coche del hijo, y con engaños le subieron, pero en su conducta se veía venir el drama, el hijo puso seguro a la puerta del coche donde su padre viajaba. Al llegar a la carretera de La Coruña, parece ser que se ilumino su mirada, y exclamo, vamos para Madrid, ahí sí puedo morirme en cualquier momento, no me importa donde, pero en mi tierra de toda la vida. Ya no volveré más a oír a ese burro que rebuzna tan fuerte y bien. La esposa y su hijo se sintieron extrañados, como aquel hombre podía recordar a ese burro de aquel lugar cerca del Picazo. Si ni se acordaba de sus vecinos de tantos veranos. Aquel hombre con su maldita enfermedad encima no volvió hablar en todo el camino, y al llegar a su domicilio de Madrid, paso a su casa de toda la vida, y mirando al techo y las puertas exclamo, aquí sí, aquí sí. Su esposa e hijo se callaron y le sentaron frente a su televisión, donde ni la miraba era como si estuviera en otro planeta. LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN….. G X Cantalapiedra. 13 – 9 – 2022.