El sol nos va calentando en este verano duro, mientras seguimos notando que está de frente el futuro. Abrazamos los calores por las tierras castellanas, y tememos los dolores que anulan las horas sanas. Este verano me marca sus caminos peligrosos, dónde el pasado se embarca en senderos tenebrosos. No puedo vivir pensando en destinos sin salida, la vida se va marchando en mi tierra prometida. El mañana sigue activo para lograr el remedio, cada cual tiene el motivo de soñar un nuevo medio.