Aunque se han hallado restos visigóticos en los alrededores del municipio, su poblamiento definitivo data del siglo XI, época de la Reconquista de la zona. En el siglo XIV se fundó en las cercanías el Convento de San Antonio. Durante la Edad Moderna sufrió un periodo de crisis, llegando a quedar en ella tan sólo 23 habitantes. En 1748 obtuvo el título de Villa. Durante la invasión francesa fue destruida y abandonada, un año después, en 1809, volvió a ser reconstruida y poblada.