Itinerarios por La Hiruela
RUTA 1. - Por las eras y la pila de riego.
El comienzo de la senda lo encontramos en la Calle de Arriba, junto a un afloramiento de rocas ( en la Hiruela son casi todos esquistos con mica) con algún cuarzo blanco.
A la derecha de este punto parte una senda marcada en la roca por el paso de las caballerías que transportaban a la eras las cargas de cereal recién cosechadas. En la suave subida podremos observar las principales especies de matorral de la zona compuesto por cambrones, cantuesos y botoneras, y disfrutar del aroma de la abundante mejorana. En lo alto de la loma encontramos uno de los típicos cerezos de La Hiruela, desde el que podemos disfrutar de una bonita panorámica del valle del Jarama, Cardoso y los robledales que pueblan sus valles; tendremos a nuestros pies la sencilla estructura urbana de La Hiruela, rodeada por sus huertos y linares, y frente al pueblo, la frondosa dehesa boyal.
Esta loma está ocupada por las eras del pueblo, donde los vecinos después de la siega realizaban las labores de trillado y ventado del centeno. El cereal se cultivaba en los tercios, alternando "año y vez" entre las umbrías del valle de Fuentecilla y las del Guijón.
Si continuamos la senda desde el cerezo, rodeando unos atractivos afloramientos rocosos de esquistos, nos asomamos al valle de la Umbría, de cuyo arroyo también se recogen las aguas para la "reguera del Reajo", y donde la distribución de los melojos nos indica los linderos de las antiguas huertas de secano donde se cultivaban patatas y algún frutal. Este paraje es especialmente recomendable al atardecer por ser uno de los lugares que recibe los últimos rayos de sol y donde podremos disfrutar de los suaves tonos rojizos de las peñas del Cerro de Calahorra encima de Cardoso de la Sierra.
Continuamos nuestro recorrido descendiendo por un cervunal (pastizal pobre de montaña), hasta llegar a la pista próxima al bosquete de álamos temblones que rodea la pila de riego. La pista que nos conduce de vuelta al pueblo discurre paralela a la reguera; en ella podremos ver algunos cerezos, y en las huertas próximas manzanos, perales y nogales, frutas que hicieron popular a la Hiruela en toda la comarca. Los de la orilla derecha se plantaron en "hacenderas", (trabajos comunales), y por lo tanto pertenecen al común del pueblo.
RUTA 1. - Por las eras y la pila de riego.
El comienzo de la senda lo encontramos en la Calle de Arriba, junto a un afloramiento de rocas ( en la Hiruela son casi todos esquistos con mica) con algún cuarzo blanco.
A la derecha de este punto parte una senda marcada en la roca por el paso de las caballerías que transportaban a la eras las cargas de cereal recién cosechadas. En la suave subida podremos observar las principales especies de matorral de la zona compuesto por cambrones, cantuesos y botoneras, y disfrutar del aroma de la abundante mejorana. En lo alto de la loma encontramos uno de los típicos cerezos de La Hiruela, desde el que podemos disfrutar de una bonita panorámica del valle del Jarama, Cardoso y los robledales que pueblan sus valles; tendremos a nuestros pies la sencilla estructura urbana de La Hiruela, rodeada por sus huertos y linares, y frente al pueblo, la frondosa dehesa boyal.
Esta loma está ocupada por las eras del pueblo, donde los vecinos después de la siega realizaban las labores de trillado y ventado del centeno. El cereal se cultivaba en los tercios, alternando "año y vez" entre las umbrías del valle de Fuentecilla y las del Guijón.
Si continuamos la senda desde el cerezo, rodeando unos atractivos afloramientos rocosos de esquistos, nos asomamos al valle de la Umbría, de cuyo arroyo también se recogen las aguas para la "reguera del Reajo", y donde la distribución de los melojos nos indica los linderos de las antiguas huertas de secano donde se cultivaban patatas y algún frutal. Este paraje es especialmente recomendable al atardecer por ser uno de los lugares que recibe los últimos rayos de sol y donde podremos disfrutar de los suaves tonos rojizos de las peñas del Cerro de Calahorra encima de Cardoso de la Sierra.
Continuamos nuestro recorrido descendiendo por un cervunal (pastizal pobre de montaña), hasta llegar a la pista próxima al bosquete de álamos temblones que rodea la pila de riego. La pista que nos conduce de vuelta al pueblo discurre paralela a la reguera; en ella podremos ver algunos cerezos, y en las huertas próximas manzanos, perales y nogales, frutas que hicieron popular a la Hiruela en toda la comarca. Los de la orilla derecha se plantaron en "hacenderas", (trabajos comunales), y por lo tanto pertenecen al común del pueblo.