Desde antiguo se sabía de la gran devoción de los antepasados de la Benemérita Villa de Leganés a la Santísima Virgen de la Asunción, que con el sobrenombre de Butarque, por haberse aparecido en término del antiguo pueblo de este nombre, cuenta la tradición:
" (...) sería al caer la tarde, después de rezar (El Cristiano) con su mujer y su hijo en el fresco zaguán del caserón del molino (...) Hacia mucho calor, era 14 de agosto de 1117. El Cristiano salió a echar agua fresca en la cuenca del tronco del árbol para las ovejas. El molino pareció pararse y sus aspas se proyectaron sobre las riberas del arroyo (...) Sobre el pueblo de Butarque, entre zarzas y negrillas,álamos y acacias, se levantaba majestuosa, una imagen morena pero hermosa (...) El Cristiano cayó de rodillas y una voz, la voz de María, le dijo: "Quiero un templo y un altar"."
La tradición nos narra que el Cristiano llevó la imagen de la Virgen a la parroquia del pueblo para entregársela al sacerdote tras contarle lo acaecido, pero al día siguiente la Virgen regresó al molino. Desde aquel momento, se vio cumplido el deseo de la Virgen construyéndola una hornacina a las orillas del arroyo junto al molino.
Transcurrieron los siglos y la devoción a María se afianzó, dando lugar que en el mes de diciembre de 1536 comenzaron las obras de construcción de la Ermita de Ntra. Sra. de Butarque en la elevación del terreno más cercana al lugar de la aparición debido a las continuas inundaciones.
Terminándose las obras en junio de 1538 y trasladando solemnemente la Santísima Virgen de Nuestra Señora de la Asunción desde la hornacina de la ribera de Butarque al nuevo templo el 15 de agosto del mismo año del Señor.
" (...) sería al caer la tarde, después de rezar (El Cristiano) con su mujer y su hijo en el fresco zaguán del caserón del molino (...) Hacia mucho calor, era 14 de agosto de 1117. El Cristiano salió a echar agua fresca en la cuenca del tronco del árbol para las ovejas. El molino pareció pararse y sus aspas se proyectaron sobre las riberas del arroyo (...) Sobre el pueblo de Butarque, entre zarzas y negrillas,álamos y acacias, se levantaba majestuosa, una imagen morena pero hermosa (...) El Cristiano cayó de rodillas y una voz, la voz de María, le dijo: "Quiero un templo y un altar"."
La tradición nos narra que el Cristiano llevó la imagen de la Virgen a la parroquia del pueblo para entregársela al sacerdote tras contarle lo acaecido, pero al día siguiente la Virgen regresó al molino. Desde aquel momento, se vio cumplido el deseo de la Virgen construyéndola una hornacina a las orillas del arroyo junto al molino.
Transcurrieron los siglos y la devoción a María se afianzó, dando lugar que en el mes de diciembre de 1536 comenzaron las obras de construcción de la Ermita de Ntra. Sra. de Butarque en la elevación del terreno más cercana al lugar de la aparición debido a las continuas inundaciones.
Terminándose las obras en junio de 1538 y trasladando solemnemente la Santísima Virgen de Nuestra Señora de la Asunción desde la hornacina de la ribera de Butarque al nuevo templo el 15 de agosto del mismo año del Señor.