Lozoyuela y su caserío de Relaños basaban su economía en el sector ganadero, apoyado por un sector agrario de subsistencia. El sector artesanal era mínimo, aunque se aprecia una tendencia al autoabastecimiento. La presencia de tejedores y sastres demuestra que Lozoyuela era un núcleo lo suficientemente estable como para abastecer a los pueblos vecinos de ciertos productos artesanales.