Se trata de uno de los primeros
jardines de gusto francés que se hicieron en
España y el único proyecto que pudo terminarse, dentro del plan de transformación del Real Sitio que Felipe V encomendó a Robert de Cotte y René Carlier. Sustituyó al
Jardín Ochavado, un espacio surgido en el siglo XVII a partir de la confluencia de varias
calles en una
plaza central. Las obras comenzaron en 1716 y se estima que pudieron estar finalizadas en 1722.