Hay que conocer el contexto histórico que hunde sus raíces en la edad media.
Madrid está atravesada por la cañada real. Durante más de 1.000 años los pastores practicaron las trashumancia. Los ganaderos llevaban sus rebaños,
ovejas de raza churra y merina, desde las tierras altas a las tierras bajas en
otoño y viceversa en
primavera. Por prerrogativa real los pastores tenían el privilegio de atravesar y pastar en tierras ajenas. Hoy es una bonita
tradición.