En 1903 el Gobierno utilizó parte de los terrenos de los
Jardines del Buen
Retiro, para la construcción de un
edificio destinado al
correo y las telecomunicaciones. Se convocó un concurso nacional para su ejecución, resultando ganador el proyecto presentado por
Palacios y Otamendi, al adaptarse perfectamente a la irregularidad y extensión del solar. Del conjunto sobresale el cuerpo principal, abierto hacia la
Plaza de la Cibeles, donde se sitúa el vestíbulo cruciforme y simétrico, al que se accede desde el exterior por una grandiosa escalinata de triple altura, con
pasarelas de hierro y cristal en los niveles superiores. Las seis plantas del edificio se distinguen por su racionalidad, funcionalidad e innovadoras instalaciones. Al exterior destaca la
fachada principal, flanqueada con
torres pentagonales y coronada por un cimborrio octogonal sobre el crucero, de 70 m de altura, provisto de instalaciones radiotelegráficas y un
reloj. Los restantes alzados son mucho más racionalistas, consiguiendo así adecuarse a las condiciones que el concurso establecía. Aparte de las necesarias obras de reparación y adaptación, el
Palacio de Comunicaciones apenas ha sufrido transformaciones relevantes, incluso la instalación del
Ayuntamiento de
Madrid se ha mostrado respetuosa con sus valores. Las obras son resultado del concurso internacional
ganado por la asociación de arquitectos Arquimática en 2005, quiénes lograron la introducción armónica de nuevos usos institucionales, administrativos y culturales, siendo la aportación más visible la Galería de Cristal, resultado de cubrir el pasaje entre las
calles de Montalbán y Alcalá con una
bóveda de vidrio.